Inteligencia desde abajo

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Al comienzo, el acrónimo S.M.A.R.T se refería al surgimiento de aparatos que pueden aprender de su propio uso. Esta capacidad se ha extendido mucho con el surgimiento de algoritmos e inteligencia artificial. Pero nuestra investigación arrojó que este aprendizaje autónomo es mucho menos importante que la habilidad de los usuarios para transformar sus smartphones después de comprarlos. Una vez que somos dueños de un smartphone, ignoramos algunas aplicaciones y descargamos otras, cambiamos la configuración y, sobre todo, agregamos nuestro propio contenido. Esto significa que el lugar de adaptación y desarrollo se ha desplazado desde los profesionales a la gente en general.

En el área de la salud, por ejemplo, hallamos que la clave para entender cómo los smartphones se usan para la salud no eran las aplicaciones específicas que se están creando en todo el mundo (a menudo llamadas mSalud). Era la creatividad de la gente común al adaptar las apps con las cuales se sentía cómoda para sus propios propósitos de salud: esto puede significar una enfermera en Santiago (Chile) que usa WhatsApp para ayudar a un paciente a ubicarse en un sistema médico difícil, o un funcionario público jubilado en Yaundé (Camerún) que usa YouTube para obtener consejos prácticos al preparar debidas saludables. Aunque estos sean ejemplos de gente que usa su smartphone para propósitos de salud, no se realizan a través de aplicaciones desarrollados por sistemas de salud o compañías farmacéuticas: es algo que a veces se denomina “mSalud informal”.

Por lo tanto, desarrollamos un enfoque de investigación de inteligencia desde abajo. Esto significó que usamos el tiempo para observar y reunir evidencia sobre cómo la gente ya estaba adaptando sus smartphones a los temas de salud.

Un ejemplo de esto es el manual de 150 páginas sobre el uso de WhatsApp en salud de Marília Duque, que se puede encontrar en la sección de Publicaciones de nuestro sitio web y que se basa en las observaciones de Duque en Brasil. Al describir las ideas creativas en el uso de WhatApp para la salud que ella observó en Brasil, el manual ilustra el concepto de “inteligencia desde abajo”: Marília y sus participantes en la investigación (en este caso, pacientes, enfermeras y profesionales de la salud) no inventaron WhatsApp, pero ella usó sus observaciones sobre el uso de la app en diferentes contextos de salud para crear un conjunto de “protocolos” de mejores prácticas que pueden aplicarse si una organización quisiera probarlos al usar WhatsApp para comunicarse con los pacientes, por ejemplo, al pensar sobre factores como qué teléfono debiera usarse en un hospital en particular y cómo los pacientes podrían enviar información sobre sus síntomas a los profesionales de la salud.

En este video se habla sobre nuestro enfoque de mSalud:

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