Relaciones intergeneracionales
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El smartphone tiene su lugar dentro de un desplazamiento mucho más amplio en las relaciones intergeneracionales. Donde antes el conocimiento era principalmente una cuestión de experiencia, hoy hay muchas dimensiones claves del conocimiento, tales como el uso de dispositivos digitales, en los cuales se espera que la gente joven sea más hábil que la gente mayor. Es probable que esta inversión de la dependencia genere tensiones entre las generaciones, aunque algunas veces los smartphones pueden entregar ayuda intergeneracional. En Lusozi, el sitio de campo en Kampala (Uganda) donde trabajó Charlotte Hawkins, la gente más joven usaba el dinero móvil como una forma de ayudar a sus parientes mayores que viven en sus pueblos de origen –algunas veces, ese dinero cubre costos de salud.
Para tener una idea del uso de smartphone, varios miembros del equipo dieron cursos sobre su uso en centros culturales locales, que introdujeron a los participantes en varias funciones, desde compartir fotos a usar el calendario. Estos ejercicios revelaron cómo al comienzo los smartphones podían ampliar la brecha generacional. A menudo estos estudiantes mayores les pedían a sus familiares más jóvenes que le enseñaran sobre una tarea en particular, pero los jóvenes no siempre los ayudaban, pues no tenían tiempo ni paciencia para guiarlos por el proceso detallado de cómo funciona cada aspecto singular del smartphone. Esto es particularmente importante en Chile, donde el gobierno pretende digitalizar sus servicios en el futuro próximo. Sin embargo, cuando la gente mayor sí está cómoda con su smartphone, esto puede tener el efecto opuesto: aunque inicialmente se puede sentir excluida, aquellos que dominan sus smartphones al final se pueden sentir más alineados con la juventud.
En este comic, basado en la investigación de Alfonso Otaegui en Chile, puedes ver el lugar de las relaciones intergeneracionales para una persona mayor que aprende a usar su smartphone en este sitio de campo.
Cómic de la investigación de Alfonso Otaegui, con guion de Laura Haapio-Kirk y Georgiana Murariu, ilustrado por John Cei Douglas.
Como en muchos otros países, los adultos mayores en Chile se encuentran en la intersección de dos tendencias globales: el envejecimiento de la población y la digitalización de servicios. En este video Valeria cuenta cómo aprendió a usar el smartphone a la edad de 80 años. En cierto modo Valeria también nos está diciendo algo sobre de su experiencia de la edad. Nuestro libro, El smartphone global. Más allá de una tecnología para jóvenes, dedica todo un capítulo a la relación entre envejecimiento y smartphones, en el cual se inserta este video.
